Referencias a la Cofradía del Jueves Santo en los Pregones de Semana Santa - 2007
Pregón Semana Santa 2007
Pregonero: Rafael Trujillo Alarcón
De Santa Marina, iglesia que busca apoyo y sostén en las viejas ruinas de un antiguo castillo, sale para iniciar su estación de penitencia la Cofradía de la Vera Cruz, Nuestro Padre Jesús del Prendimiento y María Santísima de la Esperanza de San Juan. Es una Cofradía que ha crecido y se ha consolidado de manera importante. Este auge se ha debido, fundamentalmente, a la incorporación de numerosos cofrades jóvenes.
Inicia su recorrido a las 9 de la noche. Al comienzo del desfile se realiza uno de los actos mas emotivos, nos relata Francisco Expósito, al escenificarse, a los pies del castillo de Baena, el paso del abrazo de los Apóstoles y el prendimiento de Jesús. El apóstol San Pedro abraza la imagen de Jesús del Prendimiento en tres ocasiones, antes de celebrar el paso con el resto de los discípulos. Uno a uno los doce Apóstoles muestran su amor hacia el vínculo, el Maestro, que les ha unido. Aunque será imposible cuando el último de los Apóstoles lo intenta con Judas, que se esconde entre la turba de los judíos de la cola blanca. El silencio de la multitud de personas, que se concentran en la puerta del antiguo hospital de Jesús Nazareno, se rompe cuando llega Judas para proceder a la venta de Jesús del Prendimiento a los judíos, representado por el cuadrillero de los Sayones.
Es un auto sacramental recuperado de la riqueza protocolaria de la Semana Santa de Baena, en el que los grandes protagonistas de la celebración son los judíos, en esta ocasión los judíos coliblancos. Judas y el cuadrillero de los Sayones representan el momento en el que el pueblo judío busca a Jesús en el Huerto de los Olivos. Cuando se acerca por tercera vez a Jesús, Judas reconoce a su Maestro y corre a comunicárselo a los judíos, que precipitadamente toman la imagen de Jesús, entre el sonido de los tambores.
Inicia el desfile la banda de cornetas y tambores de la Cofradía. Seguida de la Hermandad de la Vera Cruz, con sus hermanos que portan cruces al hombro.
Le sigue la Hermandad de Nuestro Padre Jesús del Prendimiento, titular de la Cofradía. Su imagen original, al igual que la imagen de San Pedro, desaparecieron en el incendio que sufrió la iglesia de Santa María, durante la Guerra Civil; entre ambas hermandades desfilan la cuadrilla de sayones y la turba de la cola blanca.
Es la Hermandad del Cristo de la Humildad, con sus cebolletas, la que más auge ha dado a la Cofradía. Presenta a Jesús sentado, en actitud de resignación. Esta es la única Hermandad, que cuelga en el cuello de sus hermanos el Crismón de Baena. Procesionó por primera vez en la Semana Santa de 1970, con 26 hermanos, y en la actualidad cuenta con más de 200. Con la intención, según recogen sus Estatutos, de dar un mayor realce y esplendor a la procesión del Jueves Santo, y, en definitiva, a la Semana Santa de Baena.
A continuación procesiona la Hermandad de San Juan, reorganizada en 1987, por José López Moreno. Hermandad a la que José Antonio Santano dedica unas palabras llenas de sentimiento:
"Y mientras San Pedro deja su halo de dudas y temores, el verde y blanco de los hermanos de San Juan nos devuelve la esperanza, nos abre las puestas del horizonte y nos sumerge en un mar de fe incontenible. De nuevo la luz y los sueños que cada uno de sus cofrades, desde el anonimato envolvente de los capiruchos, proclama a los cuatro vientos. De nuevo el silencio y las plegarias que ascienden a esta acrópolis donde sólo los humildes y ultrajados, como lo fuera aquel Jesús de Nazaret por la inquina e incomprensión de los poderosos ".
Y, por último, la Hermandad de Maria Santísima de la Esperanza de San Juan. La imagen de la Virgen desfila bajo palio bordado y sobre trono tallado. La Hermandad está compuesta, de manera mayoritaria, por mujeres cofrades. Custodia, simbólicamente, el libro de Estatutos de la Cofradía durante el desfile, acompañado por dos báculos. Carmeli Piernagorda, en su Pregón de 1997, nos hace este bello canto a la Hermandad:
"Y su madre Maria, entre claveles y nardos, lleva el pecho atravesado y sus ojos, manantial de lágrimas, son luceros encendidos en esta noche de Jueves Santo que va alumbrando con la esperanza al que pone en sus manos su camino ".